Posicionamiento de Publiquen Lo Que Pagan con respecto a la transición energética
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Pasar a la acción climática es urgente. A medida que el mundo se calienta a un ritmo inusitado, los gobiernos y las empresas necesitan actuar con rapidez para eliminar de forma gradual la producción de combustibles fósiles en línea con el consenso científico a fin de que la subida de temperaturas no exceda los 1,5ºC.
La transición a una economía baja en carbono ya ha comenzado a redefinir a la industria de las extractivas. Recientemente, un número de países y empresas ha apuntado su brújula hacia la transición energética y esto se ha visto respaldado por unas expectativas claras de los inversores y de las instituciones financieras internacionales.
La conmoción, la perturbación y la posterior crisis sanitaria provocada por el COVID-19 han acelerado y complicado este momento de las industrias extractivas, que ya es de por sí transformador. La disminución de la demanda de petróleo con la caída de los precios y las interrupciones de la cadena de suministro de la minería provocadas por el COVID-19 son un anticipo de lo que está por venir a medida que la crisis climática se afianza.
La transición a la energía con bajas emisiones de carbono, necesaria para hacer frente a la crisis climática, puede contribuir a una recuperación resiliente tras la pandemia, garantizar un desarrollo sostenible, mejorar la calidad del aire y la biodiversidad, así como beneficiar a los ciudadanos. No obstante, sin un esfuerzo concertado y organizado por parte de la sociedad civil, la transición energética corre el riesgo de ser inadecuada e injusta, socavando los beneficios económicos y las formas de vida y debilitando la participación ciudadana en la gestión de sus recursos naturales.