“No empezamos como ONGs, empezamos como personas que intentaban hacer algo bien”
Me formé como agricultor y he trabajado con agricultores toda mi vida. Empecé a ver cómo la minería compite con la agricultura por la tierra y cómo devora el terreno de la comunidad. También fui testigo de las diferencias de desarrollo y educación, tantas comunidades rurales sin voz ni voto que no entienden cómo se verán afectadas sus vidas cada vez que se toman decisiones por el así llamado «desarrollo». Las comunidades de las regiones mineras estaban siendo desplazadas, alejándose del modo de vida que habían llevado siempre y perdiendo su sustento. Cuando le arrebatas la tierra a la gente, le estás impidiendo vivir su vida. Las mujeres no comían para que lo poco que tenían fuera para sus familias.
Mi marido también se formó como ingeniero agrónomo, gestionaba políticas y los efectos que tenían sobre los agricultores. Nos dimos cuenta de que los agricultores estaban perdiendo por causa de algunas políticas mineras, así que pensamos que era el momento de difundir al menos algo de información sobre derechos. La única razón por la que los agricultores no estaban protegiendo sus derechos es porque no conocían sus derechos. Querían hacerlo, pero no tenían acceso a ese tipo de información.
Necesitábamos capacitación y conocimos a personas formadas en políticas mineras y las reunimos para formar un grupo que comprendiera de qué iba todo esto. Cuando empezamos a movilizarnos por primera vez y a organizar a las comunidades, trabajamos con dos comunidades. Tres meses más tarde estábamos trabajando con ocho comunidades, que estaban tratando con ocho empresas multinacionales diferentes. Quizás si hubiéramos sabido la magnitud de aquello en lo que nos estábamos metiendo no lo habríamos hecho, ¡porque nos estábamos metiendo en algo enorme!
Trabajo con comunidades afectadas por la minería y les proporciono información para que tengan el derecho de saber y de decidir. Algunas de las personas de estas comunidades no hablan inglés, pero acuden a reuniones en la ciudad y saben citar las partes relevantes de la Ley Nacional de Minería. Las comunidades están diciendo no a la minería en su zona simplemente porque no creen que se les esté dando toda la información.
No creo que nosotros luchemos en nombre de las comunidades, simplemente las ayudamos a tener acceso a las herramientas necesarias para que luchen ellos mismos; la información es un modo de empoderamiento.